El Kayak es un deporte cada vez más popular que se practica a lo largo y ancho del país. En cada provincia hay escuelas, cursos y por sobre todo, numerosos ríos donde poder andar tranquilamente. Si te gusta el kayak, mirá cuáles son los mejores lugares de Argentina para practicarlo.
Paraná, Entre Ríos
Una manera diferente de conocer Paraná, su río y las islas es a través de un paseo en kayak. Por sus aguas tranquilas, es una buena opción para los que viajan en familia, incluso con nenes chiquitos. Si nunca tuviste experiencia en kayak, es una buena manera de empezar.
Río Aluminé, Neuquén
Para los que buscan algo más arriesgado, Aluminé ofrece un paisaje de ensueño y un río caudaloso. En tu recorrido podrás apreciar montañas con cumbres nevadas, bosques milenarios y mucho más. Este río es uno de los mejores para la práctica de esta actividad náutica y por ello, allí se realiza un Campeonato nacional de kayak.
El Aluminé Superior es de aguas rápidas, ideal para personas con experiencia previa. Se trata de un circuito de 15 kilómetros.
Abra Ancha, de clase II y III, es un circuito mucho más corto pero igual de atractivo, con un caudal que crece en el invierno por causa del deshielo. En sus 6 kilómetros vas a poder atravesar paisajes hermosos.
Para los que no se animan a tanto o no tienen experiencia, los demás sectores del río ofrecen aguas más tranquilas, con solo algunos rápidos. Es perfecto para navegar en familia.
El Río Limay Superior también es una opción para los que comienzan en este apasionante deporte.
Si buscás un poco más de emoción, en el río Ruca Choroi, a pocos kilómetros de Aluminé, vas a encontrar geniales rápidos.
Río Las Vueltas, El Chaltén
Un lugar poco conocido pero perfecto para la práctica del kayakismo es El Chaltén, en Santa Cruz. La Capital Nacional del Trekking cuentan también con ríos ideales para navegar.
Para andar en kayak en el río Las Vueltas es fundamental contar con buen estado físico, ya que requiere de un buen esfuerzo y un circuito bastante largo, de 20 kilómetros, en el que podrás ver al monte Fitz Roy o Chaltén, y hermosos bosques. Para los más intrépidos, hay excursiones de día completo o varios días de navegación recreando una odisea que tuvo lugar en 1930: el viaje de una familia que recorrió 600 kilómetros, atravesando ríos y lagos para conseguir atención médica para un parto.