La gastronomía argentina atrae a numerosos turistas. Cada localidad ofrece sus delicias e invita a los visitantes a conocer más sobre sus orígenes a través de los platos más característicos. De norte a sur las influencias y condiciones climáticas dan toques especiales y distintivas a las comidas más solicitadas. En las afueras de Buenos Aires, es la vida de campo lo que hermana a los pueblitos y pequeños parajes, y las comidas típicas se vuelven un atractivo irresistible para muchos.
Algunas de las localidades que podemos visitar son:
Luján, además de los platos tradicionales del campo argentino, se pueden probar exóticas comidas como ancas de rana. Ubicada a la vera del río, la localidad cuenta con una variedad de platos que incluyen el pescado y los mariscos como parte de su gastronomía típica. Como toda localidad bonaerense, también se ofrece a los turistas menúes de asado, achuras, embutidos y empanadas. Sin embargo, los mejillones al ajillo, la provoleta y las mozzarella apanadas son platos que hay que probar.
Mercedes se encuentra a 100 kilómetros de la Capital y es la capital de una de las especialidades argentinas: el salame quintero. Ideal para pasar unas tranquilas vacaciones en alguna de las estancias o cabañas, en Mercedes encontrarás un ambiente tranquilo y pueblerino. Los restaurantes y bodegones ofrecen una variedad de fiambres caseros, empanadas y otros menúes campestres.
San Antonio de Areco se ubica a 113 kilómetros de Buenos Aires y aunque no es conocida como una localidad para el turismo gastronómico, tiene mucho que ofrecer. Además de las parrillas, el chocolate es una de las especialidades que se tienen que probar. Los bombones que se consiguen aquí no tiene comparación.
Estas son a penas tres de las localidades con las que podemos comenzar en nuestro tour gastronómico pero sin dudas, cada pueblo ofrece lo mejor de sí a los visitantes y todos valen la pena.