Ushuaia es la ciudad del Fin del Mundo y posee una variada gama de actividades y paseos. Con un clima frío que la acompaña todo el año, el verano y el otoño son momentos perfectos para visitarla. Te contamos cuáles son las tres actividades únicas que no podés perderte en esta época.
1. Navegá por el Canal de Beagle
Si llegás a Ushuaia, no te la podés perder. Es la excursión clásica pero no por eso menos importante, ya que aquí podrás sacarte la foto con el famoso Faro. Existen distintas navegaciones, la más común es un paseo de 2 o 3 horas de duración, que visita la Isla de los Pájaros, la Isla de los Lobos y finalmente, el Faro Les Eclaireurs, conocido como (y mal llamado) Faro del Fin del Mundo. En estos tres puntos el catamarán hace una parada de varios minutos para poder tomar fotos.
Otras navegaciones incluyen desembarco en alguna isla para realizar una pequeña caminata, visitar distintos atractivos y avistar flora y fauna local.
2. Conocer la Laguna Esmeralda
A 19 kilómetros de la ciudad, sobre la ruta 3, se encuentra el inicio del camino para poder visitar la laguna. Podés llegar hasta aquí en taxi o en auto particular y no es necesario contar con guía.
Es un recorrido de 9 kilómetros entre ida y vuelta, en el que se atraviesa un bosque y varios turbales, hasta llegar al tramo final en el que se bordea el río y se llega a la laguna. En el camino se pueden ver, además de lengas, las montañas que rodean la laguna, el glaciar Ojo del Albino y algunas especies de fauna y aves.
Es una actividad que no tiene dificultad y puede realizarse incluso con niños, aunque hay que tener en cuenta que hay pequeñas subidas y sobre todo, mucho barro. El sendero está señalizado.
3. Visitar el glaciar Martial
Es una de las actividades más lindas y a la vez, de las menos conocidas ya que no se realiza en excursión. Se trata de una caminata en montaña con un desnivel importante en el último tramo, desde donde pueden obtenerse unas de las mejores vistas del canal de Beagle y la ciudad.
Para llegar al Martial hay varias opciones. Podés tomar un taxi o ir en auto particular hasta la base y allí iniciar la caminata, o llegar caminando desde el centro de la ciudad, a través de la calle Martial, atravesando el bosque. En ambos casos, el camino finaliza en la base de las aerosillas, que actualmente no se encuentran en funcionamiento. Luego de pocos minutos de caminata, se accede a una área de descanso y allí inician los verdaderos senderos. El sendero «Del Filo» permite obtener unas visitas panorámicas únicas, tiene dificultad media y se recorren 250 metros. El sendero «del Glaciar» tiene alta dificultad y se recorren 1400 metros, en una subida por momentos muy empinada y que incluso en verano puede presentar mucho hielo en el camino.
A pesar de su dificultad, ambos senderos pueden realizarse en familia, con niños o personas mayores, siempre que presenten buen estado físico y se tengan en cuenta los tiempos de ascenso y descenso.
