Lo que tenés que saber antes de comprar un pasaje low cost

Las low cost todavía no aterrizaron del todo en nuestro país y ya están causando un cambio en la manera de ver los viajes aéreos, pero también surgen muchas dudas sobre cómo funcionan y qué diferencias tienen con las aerolíneas tradicionales.

Las aerolíneas low cost, como ya comentamos, ofrecen pasajes más económicos ofreciendo un servicio «limitado». No se trata de simples ofertas de pasajes, como las promociones de aerolíneas con tarjetas de crédito y entidades bancarias, sino de un modelo diferente en el que se maximizan tiempos y se minimizan costos. Esto, por supuesto, sin ir en desmedro de la seguridad. Los costos se reducen eliminando elementos superfluos o «comodidades» que nos ayudan a sobrellevar un viaje largo.

Por eso, a la hora de elegir el pasaje ideal no solo hay que fijarse en la tarifa, sino tener en cuenta quiénes viajan, a dónde, cuántas horas serán de vuelo, entre otros. ¿Por qué? Porque la diferencia en un viaje corto puede justificarse, pero si es un viaje largo y queremos comprar un pasaje premium (que incluya algún servicio adicional, como comidas o equipaje en bodega) las tarifas pueden exceder incluso las ofrecidas por aerolíneas tradicionales, teniendo un peor servicio por un mayor precio.

Algunos elementos a tener en cuenta:
La capacidad de la aeronave y el espacio entre asientos puede variar. Con el fin de transportar más pasajeros podemos encontrar asientos más pegados y sin posibilidad de reclinarlos. En viajes cortos (menores a 3 horas), las incomodidades se sobrellevan y no es muy diferente a cualquier viaje en micro de media distancia. En cambio, en viajes largos, la falta de esas comodidades puede empezar a pesar y convertir el viaje en una tortura.

Los pesos y medidas de equipaje de mano son muy estrictos y mucho más que en aerolíneas convencionales. Se paga recargo por exceso de equipaje y los despachos en bodega tienen costo adicional. Tener en cuenta esos cargos extras para ver la tarifa final.

Consultar los aeropuertos de destino para no llevarse sorpresas. Algunas low cost utilizan aeropuertos secundarios y eso suma un gasto extra en traslados. FlyBondi, por ejemplo, planea utilizar para sus rutas desde Buenos Aires un aeropuerto distinto a Ezeiza y Aeroparque.

Hay que destacar que los vuelos son sin escalas y en la mayoría de los casos, con gran puntualidad. Y las tarifas pueden llegar a un tercio de un pasaje normal.

¿Vos viajarías en una low cost? ¿Qué miedos tenés sobre estas aerolíneas?

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