San Carlos de Bariloche es uno de los sitios más visitados de nuestro país, ya sea turismo nacional como internacional.
La ciudad está ubicada sobre la costa del Lago Nahuel Huapi, a 770 metros de altura sobre el nivel del mar, en la provincia de Rio Negro. Tiene un aeropuerto internacional, estación de ferrocarril y rutas asfaltadas por lo que es de fácil acceso desde distintos puntos del país.
Se pueden realizar caminatas y paseos por el Centro Cívico y los alrededores a pie, en bicicleta, en auto o en una embarcación. Es un destino para todas las edades y se puede visitar durante todo el año: según la época del año, va cambiando el paisaje, las vistas y sus colores.
Lo que respecta a turismo aventura, la región ofrece diferentes alternativas para vivir la naturaleza y disfrutar del paisajes con emoción y gran dosis de adrenalina.
Te contamos 4 de las actividades de turismo aventura que se pueden realizar:
1- SKI
Un poco más alejando del centro de la ciudad se encuentran los cerros Otto, Catedral, Campanario, López, Challhuaco y Tronador que proporcionan las condiciones necesarias para practicar deportes de alta montaña, principalmente ski y snowboard.
Otros deportes invernales que se pueden hacer: esquí nórdico, paseos en trineo y cuatriciclos, siempre entre los meses de julio a octubre.
Para los principiantes hay zonas de suaves pendientes y bosques, para los más avanzados se pueden encontrar con pendientes que llegan hasta 21000 metros sobre el nivel del mar.
2- CANOPY
El canopy es una actividad que permite conocer el bosque desde otra perspectiva estando en las alturas como si fuéramos un ave.
Desde las copas de los árboles recorrer el bosque de Coihes de más de 250 años es toda una aventura. El circuito de canopy cuenta con tramos que combinan diferentes alturas y longitudes.
El personal que se encarga de este tipo de actividad, cuenta con todo el equipamiento necesario: casco, arnés pélvico, mosquetones, cintas de anclaje, poleas para el deslizamiento y guantes. Antes de iniciar siempre brindan una charla didáctica al grupo sobre las técnicas para deslizarse y las medidas de seguridad.
El recorrido dura poco más de 2 horas en un recorrido de 1500 metros aproximado, es uno de los tramos más extensos de América latina.
3- RAFTING
En Bariloche también se pueden realizar actividades en sus ríos, como ser el rafting donde se desciende por los rápidos de los ríos a bordo de un gomón. Según el tramo del río, hay diferentes grados de dificultad.
Los gomones en que se realiza son balsas inflables con una capacidad, generalmente, de 10 personas. El acompañamiento de un guía profesional es fundamental y es quien brinda las indicaciones necesarias para disfrutar al máximo de una navegación segura y emocionante.
Las piedras, olas y huecos naturales de la zona es lo que le da movimiento al agua tornando algunas zonas muy peligrosas.
Se puede practicar en los siguientes lugares:
Rio Limay: grado de dificultad baja, ideal para compartir en familia o con amigos, navegando un río tranquilo.
Río Manso inferior: grado de dificultad baja, ideal para toda la familia.
Río Manso hasta la Frontera: grado de dificultad media, Para realizar esta excursión es necesario tener un buen estado físico y saber nadar.
4- BUCEO
Explorar Bariloche bajo el agua es descubrir un nuevo mundo de colores y formas que conviven en las aguas cristalinas de la zona.
Las temperaturas del agua van variando según el mes y el lago pero, por ejemplo, en el lago Nahuel Huapi se puede hacer inmersiones con traje húmedo durante todo el año.
Para la práctica de buceo, hay instructores (habilitados por la Administración de Parques Nacionales) que trabajan con normas de seguridad y estándares de procedimientos de PADI (Professional Association of Diving Instructors) y OLAS (Organización Latinoamericana de Actividades Subacuáticas).
En la primera experiencia de buceo, conocido como Bautismo de Buceo, siempre se comienza con una clase teórica para explicar como usar el equipo de buceo y cuáles son las señales para comunicarse debajo del agua. No hace falta tener experiencia previa o saber nadar. Pueden hacerlo personas mayores de 10 años, y en buenas condiciones de salud.
