Estas vacaciones desconectate

Las vacaciones deberían ser un momento de distensión, relax y diversión, días de reunión familiar y para liberar estrés pero no siempre son así. Para algunas personas, lo que debería ser una aventura familiar se termina transformando en una tortura. ¿Querés evitar pasar malos momentos en el receso invernal? Te damos algunos consejos.

Pensar a cada momento en lo que se está gastando, momentos complicados e incluso desagradables al llegar al destino, caminos abruptos de planes o situaciones inesperadas que no sabemos solucionar pueden causar estrés y son una manera de arruinar el viaje. Por eso, es necesario desconectar y vivir los momentos de vacaciones de otra manera.

Conectate con el destino, no con las redes

Olvidate de la foto de Instagram o del posteo de Facebook, olvidate del estado del Whatsapp o del último tweet sobre el destino. Desde el momento en que salimos de casa, hay que desconectarse de la vida virtual y conectarse a la real. Incluso volver a los antiguos mapas de papel son una buena idea. Conectarse con todo eso que creíamos olvidado, una forma slow de viajar que parece ya no existir en tiempos de gps y redes sociales.

El trabajo, el estudio y las preocupaciones cotidianas deben quedar en casa. Por eso se hace hincapié en la desconexión. Mantener una actitud positiva y alejar los problemas de la cabeza por lo menos por unos días nos va a ayudar a «resetearse» y poder recobrar las energías perdidas.

Si nos surge la imperiosa necesidad de conectarnos, establecer un límite. Un horario, un momento del día, es una opción para los que no pueden dejar todo atrás.

Todos los problemas tienen solución

Un retraso en el vuelo, un alojamiento que se encuentra sin disponibilidad o la cabaña que no está lista a tiempo, son algunos pequeños inconvenientes que pueden surgir. Siempre hay una solución y si no la hay, es momento de tomar cartas en el asunto y pensar en otra alternativa. La manera en que nos tomamos estos problemas es la clave: tener paciencia y saber afrontar las situaciones, ocuparnos en lugar de preocuparnos hará que podamos disfrutar a pesar de que las cosas no salgan como esperamos.

El camino más largo no siempre es el peor

Ir en auto a un destino lejano convierte al viaje en una aventura en sí misma. Disfrutar de nuevos paisajes, descubrir actividades únicas en el camino, nuevos lugares y muchas sorpresas.

Viajar en avión acorta tiempos de viaje y ofrece más oportunidades en destino, pero un viaje en auto bien organizado es una aventura también y unas vacaciones que pueden ser aún más enriquecedoras. No necesariamente un viaje de relax y placer va unido a complejos de lujo y a excursiones carísimas, con mucho menos también podemos organizar algo inolvidable.

Planear con anticipación pero ser flexibles

Organizar itinerarios con tiempo, tener en cuenta los posibles inconvenientes del camino, reservar las cabañas con anticipación y pensar en las excursiones es necesario para prevenir posibles problemas y sorpresas desagradables. Pero la flexibilidad también es clave si no queremos amargarnos por cada pequeño cambio de planes que surja. Tener un plan B y no dudar en usarlo si lo necesitamos.

No olvidar descansar

En las vacaciones cortas muchas veces tenemos pocos días en destino y mucho por ver, por eso, los itinerarios suelen ser muy ajustados. Mañana aquí, tarde más allá y noche en un lujoso restaurante, pocas horas de sueño y mucho por hacer. Así el nivel de estrés sube, mientras baja la diversión y la capacidad para disfrutar.

Está bien querer verlo todo, pero no siempre se puede. Organizar un viaje dándonos tiempo para descansar, para caminar sin prisas, para disfrutar de una tarde tranquila o de un paseo relajado es necesario para que las vacaciones sean realmente un momento de disfrute.

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