Viajar y conocer nuevos destinos, disfrutar de playas nuevas o caminos de montaña que nunca habíamos pisado es una gran aventura pero… no para todos. Muchos turistas prefieren un destino conocido, un destino feliz que los llena de recuerdos y les permite relajarse y descansar.
Aunque en el imaginario popular creamos que viajar por el mundo es el sueño de cualquiera, a la hora de la verdad la mayoría busca la comodidad y lo conocido. Evitar correr riesgos y llevarse sorpresas con respecto al clima o al lugar, no querer decepciones o tener pocos días y querer asegurarse de que efectivamente la vamos a pasar bien son razones que pesan a la hora de buscar un lugar para vacaciones.
Para los que viajan en familia, las vacaciones son un momento de relax especial donde el reencuentro tiene mucho que ver. Estar juntos, disfrutar de los paisajes, descansar y desconectar son importantes, las vacaciones se convierten en una costumbre familiar donde se la pasa bien y no hay sorpresas. Así es como la mayoría prefiere un destino conocido, con el que va generando un lazo de pertenencia, un lugar donde toda la familia puede sentirse como en su propia casa.
Y no solo las familias prefieren esta tradición veraniega. Muchas veces las parejas, especialmente las mayores, necesitan la familiaridad, el conocer la cultura, la comida, si van a estar cómodos y eso prevalece por sobre la aventura.
Conectarse y ser parte de la comunidad
Cuando se repite el mismo destino año a año, las personas dejan de sentirse turistas extraños para ser parte de la comunidad. Esa sensación de calidez, de cercanía con los locales, sean o no diferentes a nosotros, atrae a muchas personas.
Ya conocen la gastronomía, saben las costumbres y tradiciones locales, se sienten cómodos con la gente y les gustan los paisajes. ¿Qué más se puede pedir?
Redescubrir el destino
Volver a una ciudad es encontrar nuevos rincones y conocer a fondo los secretos de la ciudad. Cuando se visita un destino por primera vez es normal querer conocer los puntos más importantes, especialmente si tenemos pocos días, pero al volver se puede recorrer mucho más y saber cómo realmente vive la población local. Esto es un punto importante para muchos.
Los verdaderos encantos de las vacaciones no siempre está en esos atractivos rodeados de gente, sino en un rinconcito perdido, lejos de las filas y en barrios menos elegidos por los visitantes.
¿Vos sos de los turistas que repiten destino o te gusta aventurarte cada año? Contanos cuál es la mejor opción para vos.
